Tu dieta debe ser variada, equilibrada e interesante. Para que sea beneficiosa, debe ser ante todo estimulante y satisfactoria.
¿Cómo se elabora una dieta adecuada?
Empecemos por una guarnición.
Una guarnición es una fuente importante de hidratos de carbono complejos, que te mantienen saciado y te ayudan a comer mejor.
Los alimentos adecuados para una guarnición son: patatas, pasta, arroz, avena, mijo y otros. Sin embargo, recuerda que si sigues una dieta sana, no debes excederte con las patatas. La pasta debe estar hecha de harina integral, el arroz – salvaje o integral, y la avena – de cereales integrales, que deben hervirse.
No te olvides de los cereales sanos como el bulgur, el amaranto o la quinoa: puedes darte el capricho de este tipo de guarnición un par de veces a la semana, porque tarde o temprano el trigo sarraceno y la avena se volverán aburridos.
Las verduras son otra parte importante de la dieta.
Las verduras cocidas como el brócoli, las espinacas, la coliflor, las judías verdes, las zanahorias y otras son un gran complemento para un plato principal o una cena ligera.
Las verduras y hortalizas frescas son el acompañamiento perfecto de los platos proteicos, ya que hacen que la carne o el pescado sean más digeribles.
Adereza una sabrosa ensalada y aderézala con aceite vegetal saludable: aceite de oliva, de linaza o de calabaza. ¡Las grasas útiles también deben estar en tu dieta!
Caliente
Las comidas calientes nos dan sensación de saciedad durante mucho tiempo, pero sigue siendo importante complementarlas adecuadamente con cereales o alimentos vegetales.
Las pechugas de pollo al vapor, las hamburguesas de ternera, la pechuga de pavo o el salmón pueden ser una opción dietética para una comida caliente.
Si sigues una dieta vegetariana, considera los garbanzos, las lentejas o el tofu.
Estos platos son la principal fuente de proteínas del día.
Aperitivos
Los tentempiés son algo de lo que solemos olvidarnos cuando planificamos nuestra dieta. Sin embargo, es precisamente ahí donde podemos estancarnos y comer algo poco saludable o no encontrar nada adecuado en la nevera. Para evitar que esto ocurra, es aconsejable ocuparse de los tentempiés con antelación. ¿Qué puede ser?
Manzanas u otras frutas, bayas, un puñado de frutos secos o aguacate troceado. Si tienes tiempo, puedes preparar barritas de frutos secos o comprarlas ya preparadas, algo en lo que también debes pensar a la hora de hacer la lista de la compra para la semana.
Un tentempié antes de acostarse puede ser requesón bajo en grasa, cazuela de requesón o un vaso de kéfir. El requesón es una fuente de proteína lenta, que te permitirá recuperarte durante la noche, sobre todo si haces ejercicio.