El principio de «residuo cero» pretende minimizar la cantidad de residuos en el hogar (y, por tanto, en el planeta) reutilizando cosas y recogiendo, clasificando y reciclando los residuos.
Si has optado por este concepto, tienes que cumplir las siguientes normas:
- Utiliza productos reutilizables siempre que sea posible. Bolsa de la compra y bolsas o redes tejidas en lugar de bolsas y bolsitas de plástico en la tienda, toallitas de cera en lugar de film para conservar alimentos, envases lavables en lugar de desechables, etc.
- Clasifica y recicla todos los residuos domésticos que puedas. Aquí puedes leer cómo hacerlo correctamente.
- Intenta elegir productos y envases ecológicos, apoyando a aquellos fabricantes que se preocupan por minimizar su impacto negativo en el medio ambiente.
Consumo consciente de recursos
Nos referimos principalmente a los dos recursos más comunes de los que dispone el habitante medio de una ciudad: la electricidad y el agua. Recuerda que las centrales eléctricas provocan el agotamiento de los recursos naturales (petróleo, carbón y gas) y aumentan los niveles de gases de efecto invernadero y otros tipos de contaminación atmosférica. El uso irracional y excesivo del agua también provoca un desequilibrio de los recursos hídricos.
Estos son los hábitos que debes abandonar si quieres tener conciencia ecológica y consumir de forma responsable:
- Ansia de iluminación constante: apaga las luces de las habitaciones que no tengas previsto visitar en breve (no siempre es fácil, pero acostumbra también a los niños). Sustituye todas las bombillas de la casa por otras de bajo consumo.
- Despilfarro de electrodomésticos: carga siempre a tope el lavavajillas y la lavadora, cierra inmediatamente la puerta del frigorífico y no pongas a hervir el hervidor eléctrico.
- Cuida el agua: no viertas agua mientras te cepillas los dientes o te enjabonas la cabeza y el cuerpo, pon boquillas de bajo consumo en grifos y duchas. Si el inodoro está diseñado para ello, tira de la cadena de forma económica.